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16 Ésta es la causa de mis lágrimas.
El llanto brota de mis ojos,
pues no tengo a nadie que me consuele;
¡no tengo a nadie que me reanime!
¡Mis hijos han sido derrotados!
¡El enemigo nos venció!

17 Sión tiende las manos suplicante,
y no hay quien la consuele;
el Señor hizo que los vecinos de Jacob
se volvieran sus enemigos;
¡Jerusalén les resulta algo repugnante!

18 Pero el Señor es justo.
¡Yo me rebelé contra su palabra!
¡Oigan esto, pueblos todos,
y consideren mi dolor!
¡Mis doncellas y mis jóvenes
fueron llevados al cautiverio!

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